El obispo de Trondheim, monseñor Erik Varden, el cardenal de Estocolmo, Anders Arborelius, el obispo de Copenhague, monseñor Czeslaw Kozon, y otros obispos escandinavos han declarado su oposición al homosexualismo.
Ellos escriben en una carta datada el 25 de marzo y publicada en el sitio web CoramFratribus.com que esta ideología “propone una visión de la naturaleza humana separada de la integridad corporal de la persona, como si el género físico fuera “accidental”.
Señalan que “resulta llamtivo que una sociedad tan atentamente al cuerpo” lo trate en los hechos “con superficialidad” y presupone que la única identidad que cuenta “es la que emana de la autopercepción subjetiva”, o mejor dicho, de una auto fantasía.
Los obispos afirman que es necesario recordar que “el camino hacia la aceptación de sí mismo pasa por confrontarnos con la realidad” y señalan que quienes se aferren a “teorías pasajeras” corren el riesgo de resultar terriblemente lastimados.
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