Espiritualidad Conyugal - Descubre cómo se vive la APATÍA RELIGIOSA en los conyuges. http://j.gs/3713332/gloriatv Espiritualidad Conyugal - Poca claridad en los principios religiosos. La formación …Más
Espiritualidad Conyugal - Descubre cómo se vive la APATÍA RELIGIOSA en los conyuges.
http://j.gs/3713332/gloriatv Espiritualidad Conyugal - Poca claridad en los principios religiosos. La formación moral y religiosa que los padres ofrecen a los hijos es incierta, debido a la indiferencia, apatía y falta de autenticidad religiosa de los cónyuges, la espiritualidad conyugal vivida no tiene claridad; los hijos no encuentran en el grupo familiar patrones positivos para obrar conforme a éstos. Muchos esposos no tienen la fe viva, elemento básico para infundir en los hijos los valores cristianos. A esto se suma la inconsistencia en el ambiente familiar. Se predica respeto, ayuda, servicio, solidaridad, pero la realidad es otra, ya que para educar y formar integralmente, debe haber concordancia entre lo que se predica y lo que se hace.
Para aplicar correctivos necesarios en la espiritualidad conyugal es necesario que los padres reflexionen acerca de la formación moral y religiosa que brindan a los hijos, para que la estructura familiar no se debilite. Entonces es necesario considerar que la vida cristiana no se debe centrar sólo en actos de piedad y devoción; ésta exige el ejercicio de las virtudes cristianas. No se puede ser hijo de Dios por momentos; toda la vida debe estar enmarcada en la autenticidad, el respeto, la solidaridad y el amor al prójimo.
Corresponde entonces a la iglesia doméstica, es decir, a los hogares, el inicio de la piedad y de las prácticas cristianas, con una verdadera espiritualidad conyugal podemos incentivar a nuestros hijos: el rezo del santo rosario, agradecer al Señor los beneficios recibidos, las oraciones del día, el respeto por el cuerpo y las pertenencias, el buen trato, la solidaridad con los hermanos, la convivencia, la sinceridad, etc.
Los cristianos seglares obtienen el derecho y la obligación del apostolado por su unción como hijos de Dios, ya que insertados por el Bautismo en el cuerpo místico de Cristo y robustecidos por la Confirmación en la fortaleza del Espíritu Santo, son destinados al apostolado por el mismo Señor. Los seglares hechos partícipes del ministerio sacerdotal, profético y real de Cristo, cumplen su cometido en la misión de todo el Pueblo de Dios, en la Iglesia y en el mundo.
En realidad, ejercen el apostolado con su trabajo para la evangelización y santificación de los hombres, colaborando de esta manera a incentivar la espiritualidad conyugal en los esposos, en forma que su laboriosidad en este aspecto sea un claro testimonio de Cristo.
Espiritualidad Conyugal – El fenómeno de la descristianización
Es la pérdida del sentido cristiano, es el divorcio manifiesto entre fe y vida. La mayoría ha recibido el sacramento del Bautismo, pero esa naturaleza bautismal no ha sido alimentada por una vivencia continua y permanente en el hogar. Se ha catequizado suponiendo una fe adulta, fe que sólo es suscitada y desarrollada por un proceso fuerte de evangelización.
La fe del cristiano es el resultado de una experiencia y de un encuentro personal entre Dios y el hombre. La espiritualidad conyugal surge como consecuencia del amor de Dios al hombre y es el fruto de haberse sentido amado, perdonado y redimido.
Esto hace que el hombre actúe, ore, predique, viva, trabaje, celebre, oriente y transmita lo que ve, lo que vive y lo que es. En el cristianismo es Jesús quien actúa y mueve la acción del hombre.
http://j.gs/3713332/gloriatv Espiritualidad Conyugal - Poca claridad en los principios religiosos. La formación moral y religiosa que los padres ofrecen a los hijos es incierta, debido a la indiferencia, apatía y falta de autenticidad religiosa de los cónyuges, la espiritualidad conyugal vivida no tiene claridad; los hijos no encuentran en el grupo familiar patrones positivos para obrar conforme a éstos. Muchos esposos no tienen la fe viva, elemento básico para infundir en los hijos los valores cristianos. A esto se suma la inconsistencia en el ambiente familiar. Se predica respeto, ayuda, servicio, solidaridad, pero la realidad es otra, ya que para educar y formar integralmente, debe haber concordancia entre lo que se predica y lo que se hace.
Para aplicar correctivos necesarios en la espiritualidad conyugal es necesario que los padres reflexionen acerca de la formación moral y religiosa que brindan a los hijos, para que la estructura familiar no se debilite. Entonces es necesario considerar que la vida cristiana no se debe centrar sólo en actos de piedad y devoción; ésta exige el ejercicio de las virtudes cristianas. No se puede ser hijo de Dios por momentos; toda la vida debe estar enmarcada en la autenticidad, el respeto, la solidaridad y el amor al prójimo.
Corresponde entonces a la iglesia doméstica, es decir, a los hogares, el inicio de la piedad y de las prácticas cristianas, con una verdadera espiritualidad conyugal podemos incentivar a nuestros hijos: el rezo del santo rosario, agradecer al Señor los beneficios recibidos, las oraciones del día, el respeto por el cuerpo y las pertenencias, el buen trato, la solidaridad con los hermanos, la convivencia, la sinceridad, etc.
Los cristianos seglares obtienen el derecho y la obligación del apostolado por su unción como hijos de Dios, ya que insertados por el Bautismo en el cuerpo místico de Cristo y robustecidos por la Confirmación en la fortaleza del Espíritu Santo, son destinados al apostolado por el mismo Señor. Los seglares hechos partícipes del ministerio sacerdotal, profético y real de Cristo, cumplen su cometido en la misión de todo el Pueblo de Dios, en la Iglesia y en el mundo.
En realidad, ejercen el apostolado con su trabajo para la evangelización y santificación de los hombres, colaborando de esta manera a incentivar la espiritualidad conyugal en los esposos, en forma que su laboriosidad en este aspecto sea un claro testimonio de Cristo.
Espiritualidad Conyugal – El fenómeno de la descristianización
Es la pérdida del sentido cristiano, es el divorcio manifiesto entre fe y vida. La mayoría ha recibido el sacramento del Bautismo, pero esa naturaleza bautismal no ha sido alimentada por una vivencia continua y permanente en el hogar. Se ha catequizado suponiendo una fe adulta, fe que sólo es suscitada y desarrollada por un proceso fuerte de evangelización.
La fe del cristiano es el resultado de una experiencia y de un encuentro personal entre Dios y el hombre. La espiritualidad conyugal surge como consecuencia del amor de Dios al hombre y es el fruto de haberse sentido amado, perdonado y redimido.
Esto hace que el hombre actúe, ore, predique, viva, trabaje, celebre, oriente y transmita lo que ve, lo que vive y lo que es. En el cristianismo es Jesús quien actúa y mueve la acción del hombre.