Queridos hermanos, Hice un video y fué censurado por este sitio, por ello comparto el contenido del mismo para que sea difundido por ustedes, yá que a mi no se me permite. ¡Vean porqué lo eliminaron! Bendiciones en Cristo Jesús.
¡Hipócrita Fariseo! Te “vanaglorias” de ser elegido (junto a tus secuaces) para proteger y sostener la Iglesia, San Crisóstomo llama a la vanagloria “madre del infierno …Más
Queridos hermanos, Hice un video y fué censurado por este sitio, por ello comparto el contenido del mismo para que sea difundido por ustedes, yá que a mi no se me permite. ¡Vean porqué lo eliminaron! Bendiciones en Cristo Jesús.
¡Hipócrita Fariseo! Te “vanaglorias” de ser elegido (junto a tus secuaces) para proteger y sostener la Iglesia, San Crisóstomo llama a la vanagloria “madre del infierno”. San Basilio dice: “Huyamos de la vanagloria, insinuante expoliadora de las riquezas espirituales, enemiga lisonjera de nuestras almas, gusano mortal de las virtudes, arrebatadora insidiosa de todos nuestros bienes”.
¡Hipócrita! Nos acusas de quebrantar la tradición de los antepasados, ¿y ustedes, que traspasan los mandamientos de Dios por vuestra tradición?, <Vosotros quebrantáis los mandamientos de Dios, al paso que observáis la tradición de los hombres; lavados de jarros y copas y otras muchas cosas semejantes a éstas hacéis.” Y les dijo: “Lindamente habéis anulado el mandamiento de Dios, para observar la tradición vuestra. Mc 7,5> Dios nos dice “Honra a tu padre y a tu madre” es decir tu familia, no importa sea domingo, y tu anulas la palabra de Dios.
“Fariseo que dices hay seis días para trabajar; en esos días podéis venir para haceros curar, y no el día de sábado.” 15Mas Jesús te replicó diciendo: “Hipócritas, ¿cada uno de vosotros no desata su buey o su asno del pesebre, en día sabático, para llevarlo al abrevadero? 16Y a ésta, que es una hija de Abrahán, que Satanás tenía ligada hace ya dieciocho años, ¿no se la había de libertar de sus ataduras, en día sabático?” 17A estas palabras, todos sus adversarios quedaron anonadados de vergüenza, en tanto que la muchedumbre entera se gozaba de todas las cosas gloriosas hechas por Él”.
¡Hipócritas!, con razón Isaías profetizó de vosotros diciendo:
«Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está lejos de Mí.
En vano me rinden culto, pues que enseñan doctrinas que son mandamientos de hombres».”
¡Fariseo! “No conoces la justicia de Dios y quieres establecer la tuya propia (Romanos 3, 10), satisfecho de ti mismo, esperas sorprender a Dios con tu virtud que nada necesita (Lucas 18, 1 s.). En realidad, el fariseo es el más temible de los materialistas, pues el saduceo sensual ignora lo espiritual; pero él, en cierto modo, lo conoce para reducirlo a la materia: hechos, realizaciones, obras visibles para que sean vistos de los hombres y los hombres los alaben y los imiten. Antítesis del fariseo es la Verónica que al acercarse a Dios presenta, a la faz de la gracia, el lienzo en blanco de su esperanza.” Es evidente que la doctrina de Jesucristo era tan incompatible con esa mentalidad como el fuego con el agua. La tradición que vale para la Iglesia es la que tiene su origen en la revelación divina, es decir, en la predicación del mismo Jesucristo y de los apóstoles, “a fin de que siempre se crea del mismo modo la verdad absoluta e inmutable predicada desde el principio por los apóstoles” Cf. I Timoteo 6, 3 s. y 20.
¡Fariseo! Que estás persuadido en ti mismo de tu propia justicia, y que tenían en nada a los demás, Jesús dijo también esta parábola: 10“Dos hombres subieron al Templo a orar, el uno fariseo, el otra publicano. 11El fariseo, erguido, oraba en su corazón de esta manera: «Oh Dios, te doy gracias de que no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, ni como el publicano ése. 12Ayuno dos veces en la semana y doy el diezmo de todo cuanto poseo». 13El publicano, por su parte, quedándose a la distancia, no osaba ni aún levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: «Oh Dios, compadécete de mí, el pecador». 14Os digo: éste bajó a su casa justificado, mas no el otro; porque el que se eleva, será abajado; y el que se abaja, será elevado.”
Para cualquiera que te oye ¡Fariseo!, pareces modelo de devoción; el publicano, de maldad. Dios mira si halla en el corazón la buena intención, la humildad, el arrepentimiento. Por lo cual el publicano arrepentido fue perdonado, y tu fariseo, en cambio, agregas a tus pecados uno nuevo, el de la soberbia, que te atribuyes a ti mismo el mérito de las buenas obras y se cree mejor que el prójimo. Cf. 17, 10.
¡Fariseo! Que calificas de herejes a la Santa Iglesia y al Vicario de Cristo, Escucha a Jesús lo que dice: <17Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos; de otra manera, los cueros revientan, y el vino se derrama, y los cueros se pierden; sino que el vino nuevo se echa en cueros nuevos, y así ambos se conservan.” (Mt 9,17)>
Ves ¡Fariseo! Como el cuero viejo no es capaz de resistir la fuerza expansiva del vino nuevo, así las almas apegadas a lo propio, sean intereses, tradiciones o rutinas, no soportan “las paradojas” de Jesús, que son “un escándalo” para los que se creen santos, y “una locura” (¿Loco me dijiste?) para los que se creen sabios (I Corintios 1, 23; cf. Lucas 10, 21). Hay aquí una lección semejante a la de Mateo 7, 6 sobre los “cerdos” para que no nos empeñemos indiscretamente en forzar la siembra en una tierra que no quiere abrirse. Cf. Mateo 13, 1.
¡Fariseo! que te autoproclamas “profeta” injurias al Papa Francisco, sentado en sillón de Pedro, no por voluntad propia, sino por la del Espíritu Santo, manifiesta en el Orden Episcopal de la Santa Iglesia católica, apostólica y Romana. De tus actos sacó Teresa de Lisieux su técnica de preferir y recomendar las virtudes pequeñas más que las “grandes” en las cuales fácilmente se infiltra, o la falaz presunción, como dice el Kempis, que luego falla como la de Pedro (Juan 13, 37 siguientes), o la satisfacción venosa del amor propio, como en el fariseo que Jesús nos presenta (18, 9 siguientes), cuya soberbia, notémoslo bien, no consistía en cosas temporales, riquezas o mando, sino en el orden espiritual, en pretender que poseía virtudes.
Ustedes son hijos del diablo, y quieren cumplir los deseos de vuestro padre. Él fue homicida desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay nada de verdad en él. Cuando profiere la mentira, habla de lo propio, porque él es mentiroso y padre de la mentira. No escuchan la verdad, las palabras de Dios; porque no son de Dios.”
¡Fariseo! Pedro (y Francisco, te pese como te pese) es, como lo dice su nombre (piedra), el primer fundamento de la Iglesia de Jesucristo (véase Efesios 2, 20), que los poderes infernales nunca lograrán destruir. Las llaves significan la potestad espiritual. Los santos Padres y toda la Tradición ven en este texto el argumento más fuerte en pro del primado de San Pedro y de la infalible autoridad de la Sede Apostólica. “Entretanto, grito a quien quiera oírme: estoy unido a quienquiera lo esté a la Cátedra de Pedro” (San Jerónimo). . “Por lo cual los que están separados entre sí por la fe o por el gobierno no pueden vivir en este único cuerpo (Iglesia) y de este su único Espíritu” (Pío XII, Encíclica del Cuerpo Místico).
¡Fariseo! Dices ¡Francisco es el anticristo! Mira como reza Jesús por él y los Obispos: “15No ruego para que los quites del mundo, sino para que los preserves del Maligno. 16Ellos no son ya del mundo, así como Yo no soy del mundo. 17Santifícalos en la verdad: la verdad es tu palabra. 18Como Tú me enviaste a Mí al mundo, también Yo los he enviado a ellos al mundo. 19Y por ellos me santifico Yo mismo, para que también ellos 20sean santificados, en la verdad.” ¿A quién crees que escucha El Padre, a ti con tus herejías o a su santísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo?
Pero mira esta sentencia: 31 “Por eso, os digo, todo pecado y toda blasfemia será perdonada a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. 32Y si alguno habla contra el Hijo del hombre, esto le será perdonado; pero al que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado ni en este siglo ni en el venidero.
¡Sigue blasfemando, junto a tus guías espirituales, contra la voluntad del Espíritu Santo y atente a las consecuencias. (El autor Buzi dice: llama la atención el hecho de que Jesús habla constantemente en plural de falsos Mesías y de falsos profetas y nunca de un falso Mesías en singular o de un Anticristo, concluye: “que en la enseñanza de Jesús como en la de San Juan (I Juan 1, 18-23) no hay un Anticristo individual; no hay sino una colectividad, poderosa y terrible, de anticristos”. Lo mismo observa dicho autor en su nota a II Tesalonicenses 2, 7.)
¡Fariseo! Tus condenas no terminan ahí, rechazas a judíos (¿Sabías que la naturaleza humana de Jesús es judía?), musulmanes, evangélicos, Concilio Vaticano II, Catecismo de la Iglesia Católica, Orden Episcopal, divorciados, el Islam, pecadores, arrepentidos, paz, unidad, humanidad, familia, coya, cultura indígenas, obediencia, respeto, amor al prójimo, futbol, zapatos de pobres, jesuitas, Pio XII, Juan XXIII, libertad, comunión espiritual, Biblia, Dones del Espíritu santo, gentiles, misericordia, humildad, libre pensamiento, ley, verdad, Alemania, el perdón, etc. Y mira que nos dice Jesús: “Sed misericordiosos como es misericordioso vuestro padre. 37No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; absolved, y se os absolverá. 38Dad y se os dará; una medida buena y apretada y remecida y rebosante se os volcará en el seno; porque con la medida con que medís se os medirá.” “Vosotros, amad a vuestros enemigos; haced el bien y prestad sin esperar nada en retorno, y vuestra recompensa será grande, y seréis los hijos del Altísimo; de Él, que es bueno con los desagradecidos y malos.”
El Catecismo de la Iglesia Católica, es la exposición de la fe de la Iglesia y de la doctrina católica, atestiguadas o iluminadas por la Sagrada Escritura, la Tradición apostólica y el Magisterio eclesiástico. Es uno de los dos catecismos de la Iglesia Universal que han sido redactados en toda la historia, por lo que es considerado como la fuente más confiable sobre aspectos doctrinales básicos de la Iglesia católica. La redacción de este catecismo, junto con la elaboración del nuevo Código de Derecho Canónico, el Código de Derecho de las Iglesias Orientales católicas y el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia católica representan algunos de los documentos más importantes resultado de la renovación iniciada en el Concilio Vaticano II y que se han convertido en textos de referencia sobre la Iglesia católica y en documentos transcendentales para la historia de la Iglesia contemporánea.
Esto dice el catecismo del Papa:
935 Para anunciar su fe y para implantar su Reino, Cristo envía a sus apóstoles y a sus sucesores. Él les da parte en su misión. De Él reciben el poder de obrar en su nombre.
936 El Señor hizo de san Pedro el fundamento visible de su Iglesia. Le dio las llaves de ella. El obispo de la Iglesia de Roma, sucesor de san Pedro, es la "cabeza del Colegio de los Obispos, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal en la tierra" (CIC, can. 331).
937 El Papa "goza, por institución divina, de una potestad suprema, plena, inmediata y universal para cuidar las almas" (CD 2).
El Papa San Pío X dijo:
“No permitáis que vosotros mismos seáis engañados por las taimadas declaraciones de aquellos que persistentemente claman que desean estar con la Iglesia, amar a la Iglesia, luchar para que la gente no salga de ella… sino juzgarlo por sus obras. Si ellos desprecian a los pastores de la Iglesia e incluso el Papa, si intentan por todos los medios evadir su autoridad para eludir sus directivas y juicios… entonces, ¿de qué Iglesia hablan esos hombres? Ciertamente no de la establecida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, con Jesucristo mismo como la piedra angular” (Ef 2,20)
Para finalizar, hago mías las palabras de Luis Fernando Pérez Bustamante:
“Pero es más importante la salvación de sus almas que la fidelidad a quien quiso ser el responsable del último cisma abierto de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Es por ello que recibiríamos con gran alegría un cambio de postura que llevara a firmar el preámbulo doctrinal. Aún hay tiempo. Ellos verán lo que hacen. Nosotros nos quedamos rezando por su conversión y por su salvación.”