ASERTIVIDAD PROFÉTICA SO PENA DE CONFUNDIR
Conforme se han venido cumpliendo algunos signos y señales profetizados en las Sagradas Escrituras y en algunas Apariciones de la Santísima Virgen, se ha hecho costumbre el transmitir mayormente a través de internet mensajes y revelaciones privadas de un sinnúmero de videntes, cuyo origen no queda siempre debidamente autentificado, lo que de por sí causa mucha desconfianza.
Pero lo más grave es que se comparten mensajes que en apariencia corroboran el auténtico mensaje del Cielo y las distintas profecías de la Sagrada Escritura, sin embargo están llenos de imprecisiones y desaciertos teológicos que lo único que provocan es más confusión, y lo más importante, desvian el propósito fundamental del Mensaje de la Santísima Virgen.
En efecto, con más frecuencia se transmiten por correos electrónicos mensajes sobre la profecía del Aviso, el Secreto de Fátima, el Anticristo, la aparición pública de Enoc y Elías, la Gran Tribulación, los "días de oscuridad", el microchip, el Gobierno Mundial, los Illuminati, fechas de eventos y un largo etcétera, que como dije anteriormente, no pasan por ningún tipo de discernimiento y con ello se filtran aciertos y desaciertos, luces y oscuridades, que van creando cada vez más confusión para el lector en general, pues llegan ya los tiempos en que cada día será más difícil poder discernir lo que es de Dios de lo que no lo es, o lo que tiene sólo un origen humano, o lo que es peor, un origen diabólico.
Además de lo anterior, estamos también asistiendo a una gran proliferación de profecías paganas y esotéricas relativas a la llegada de una nueva era, fenómenos astronómicos, anuncios de fin de un ciclo y el despertar de un nuevo amanecer para la humanidad, con conceptos ecológicos y cósmicos sobre la naturaleza y la creación, y todo ello aunado a la distorsión sobre el orden natural que han venido legalizando no pocos países en el mundo. Y como se ha dicho, en todo esto siempre hay un fondo o semillas de verdad que exige un conocimiento y discernimiento de los tiempos y de las profecías a la luz de la fe. No se trata nada más de reenviar y mandar mensajes "sin ton ni son", sino que hay que ser asertivo en la formación de lo que se envía para luego no ser causa de deformación para los demás.
Así pues, tenemos que matizar algunos aspectos sobre diversas profecías:
Aviso de Dios
Respecto a este punto hay dos errores muy frecuentes. Primero, anunciar que es inminente. Se ha venido diciendo desde el 2000 que será ese año, en la Cuaresma, en la Navidad, etc. y así ya han pasado 14 años, sin tomar en cuenta que el Gran Aviso de Dios o también conocido como el Día de la Iluminación de las Conciencias, ocurrirá en medio de un gran caos mundial, y cuando hayan ocurrido ya ciertos eventos precisos, y más específicamente, un gran cisma de la Iglesia que enfrentará a dos “Papas”. Por tanto, mientras esto no ocurra, no tendrá lugar el Aviso, que por lo demás vendrá al mundo cuando la situación esté en su peor momento en general.
También hay que precisar que el Aviso no está asociado, como algunos mensajes lo afirman, a eventos catastróficos. Es exclusivamente un evento de orden espiritual e interior para todo ser humano en la Tierra, aunque ciertamente iniciará o será detonado por un evento natural de orden cósmico pero que no traerá aparejada la muerte, a menos que sea de la impresión, del shock.
Anticristo
Se afirma que si ya está por aparecer, que si Maitreya, o algunos de los personajes políticos actuales de la esfera mundial. Pues ni lo uno ni lo otro. Volvemos a aclarar que el nombre genérico de Maitreya no es el nombre del Anticristo. Es decir, Maitreya es un nombre muy antiguo del Budismo y que encubre el nombre del quinto Buda que habrá de manifestarse próximamente dentro del budismo, como ha habido muchos. Los personajes a los que se les ha atribuido el título o mote de Maitreyas, no son el último Anticristo; a lo sumo, serán falsos Cristos.
Asimismo, el Anticristo no tiene nada que ver con los actuales políticos; éstos son, a lo mucho, profetas o precursores del Anticristo. Porque el Anticristo será un ser que tendrá el poder total del Dragón o de Satanás (Ap. XIII) y que asimismo, entre otras cualidades, tendrá la de "poder violar la ley natural", por lo que no se sujetará a ella, a diferencia de Jesucristo quien sí se sometió a la misma. Esto quiere decir que puede nacer en el 2015 y, para el 2025, aparecer como de 40 ó 50 años.
Y en todo caso, el Anticristo no puede manifestarse en escena pública hasta que no llegue a su clímax la apostasía; hasta que no tenga lugar el gran cisma de la Iglesia; hasta que no sea "removido" el último Papa Romano –que no es Francisco-, el último de la lista de Papas Romanos (II Tes 2, 7); y hasta que no tengan lugar grandes catástrofes y desastres naturales, sociales y económicos en que parezca que ya no hay solución. Será entonces cuando surgirá en escena el personaje "salvador" del Anticristo, "que hará grandes prodigios y milagros engañosos hasta confundir a los mismos elegidos" (II Tes, II), que por lo demás nacerá de una falsa virgen, una mujer que después de haber sido de muchos hombres, y ex religiosa, se presentará ante el mundo con una especie de virginidad, pero que será falsa, una "virgen de tinieblas" que pretenderá remedar a la Virgen de Luz, María.
La Segunda Venida de Cristo
Otro de los temas que conllevan mucha confusión es el de la Segunda Venida de Cristo. Ciertamente éste es dogma de fe y probablemente el más importante de todos, pero su realización está envuelta en un gran misterio. No es exacto lo que se afirma por ahí de que la Segunda Venida de Jesús (como hasta ahora lo ha explicado la Iglesia) que descenderá físicamente de las nubes del cielo, rodeado de sus ángeles y sus santos, donde "todo ojo lo verá" (Apoc 1, 7), vaya a tener verificativo ahora, en los próximos años, pues este evento, como lo estamos detallando, sólo ocurrirá al fin de la Historia de la humanidad, poco antes del Juicio Final, donde el Señor Dios pondrá a su derecha a "los benditos de su Padre" y a la izquierda a "los malditos merecedores del fuego eterno".
Lo que en realidad pone fin al Misterio de la Iniquidad del que habla San Pablo es la llamada Parusía o Manifestación del Señor, que con su resplandor pondrá término a toda la terrible tribulación pavorosa que desencadenará el último y personal Anticristo, para inaugurar en la Historia precisamente la llamada Parusía, que será un período largo e indeterminado de tiempo en la Tierra donde se cumplirán un sinnúmero de profecías bíblicas (ver Isaías 65), y donde el bien se impondrá sobre el mal; será un tiempo de gracia, belleza, armonía, santidad, justicia y paz, donde Cristo Jesús tendrá el escenario histórico en el que se proclamará y será reconocido como Rey de reyes y Señor de señores. Pero en este tiempo no estará Jesucristo físicamente como ya lo estuvo hace 2,000 años, aunque su presencia espiritual se palpará y se sentirá por todo el orbe de la Tierra, sin dejar de admitir que puedan darse –y de hecho se darán– esporádicas manifestaciones visibles, como las que tuvo exactamente igual en esos 40 días que siguieron a su Resurrección, antes de su Ascensión gloriosa a los cielos.
En fin, que es un tema complejo que no puede profundizarse en un artículo, pero que al menos erradica la idea errónea de que el Señor Jesús ya está listo a volver físicamente y que estará viviendo entre nosotros durante mil años o el tiempo que dure su Reinado en la Tierra. Esta postura llevada al extremo está condenada por la Iglesia y se conoce como Milenarismo o en griego Kiliasmo. Lo que está cerca de tener lugar es la Parusía del Señor, donde se inaugura Su Reino en la Tierra, y al final de la Parusía, tendrá lugar el último acto, que será su Manifestación Gloriosa y visible para todos. La Segunda Venida de Cristo es parte de Su Parusía, pero la Parusía es un concepto mucho más amplio e históricamente más extenso.
Protecciones para los días malos
También existen cualquier cantidad de mensajes y revelaciones que pululan por ahí de que busquemos refugios, guardemos velas y uvas benditas, y demás protecciones ante todo lo que va a venir y poniendo énfasis en los días de tinieblas y en cerrar ventanas y puertas, y no salir a la calle ante ese acontecimiento, y cuidar a los animales, etc., lo cual es distorsionar la esencia y prioridad del Mensaje de la Santísima Virgen, invirtiendo lo prioritario por lo secundario. No es así.
Lo que la Madre de Dios nos pide como prioridad es la conversión a través de una vida de oración y sacrificio intensa; práctica de la penitencia y el ayuno frecuente; así como la participación de los sacramentos, particularmente la Eucaristía; y que todo esto nos lleve disciplinadamente a una vivencia de las virtudes, real y auténtica, para de esta forma contribuir al proyecto de la Madre de Dios, tanto de formar Apóstoles de los Tiempos, así como la realización y edificación de una Nueva Comunidad en el Reino de Cristo en la Tierra. Y todo lo demás se nos dará por añadidura, asegurándose el Cielo de que sepamos qué hacer y a dónde ir ante los desastres terribles que se avecinan. O sea, que nosotros mismos debemos ser esos aposentos que el cielo está pidiendo que edifiquemos en la Tierra, con nuestra entrega y vivencia diaria llena de fe profunda y mediante un apostolado firme, constante y diligente.
Fechas
Existe una manía creciente en mandar mensajes por internet donde se hacen análisis y estudios para anunciar que en tal o cual año será el aviso profetizado en varios lugares de apariciones marianas; que en tal o cual año será el milagro anunciado en Garabandal y en Medjugorje; y más aún, que en tal o cual año será la Parusía; que ya ha comenzado la última semana de Daniel de 7 años; que la Tercera Guerra Mundial comenzaría el año pasado con la crisis en Siria o comenzará este año con la crisis en Crimea, etc.
Debo reconocer que su servidor fue tentado por esta tendencia y después de muchos años me he convencido que más que hacer bien hace mal y crea confusión pues se distorsiona el propósito que el Cielo busca al revelar sus mensajes, que es principal y exclusivamente la preparación de nuestro ser trino, a saber: cuerpo, alma y entendimiento. Es mandatorio prepararnos cada vez más y mejor pues las tres partes de nuestro ser serán probadas al extremo, es decir, tanto el cuerpo, como el entendimiento, y principalmente el alma.
Bástele al hombre saber y hacer saber al mundo que los tiempos han llegado y que estamos en la inminencia de todos los acontecimientos profetizados en la Sagrada Escritura, en las apariciones marianas y que forman parte del final de los tiempos que traerán a la postre destrucción y construcción; derrota y victoria.
Papa Francisco
No quiero terminar este artículo sin mencionar también la triste y dolorosa postura que no pocos católicos de cierta línea, incluidos promotores del mensaje mariano, que siguen viendo con profundo recelo al Papa Francisco, y más grave aún, ventilando sus reservas al público en general, creando con ello terrible confusión, pues hacen un equivocado discernimiento de lo que es este Papa y de las razones por las cuales el Cielo lo puso en la Silla de Pedro.
Entendámoslo bien, este Papa es perfectamente válido y necesitamos rezar todos los días por él para que pueda cumplir fielmente la voluntad de Dios en su ministerio petrino. Indudablemente que él forma parte del entorno general por el que la Iglesia transita en este periodo de la Historia tan lleno de confusión y tinieblas. La debacle de la Iglesia no empieza con Francisco sino lleva ya un largo periodo de tiempo en que ha ido gradualmente alejándose de la Verdad de Cristo. Está en ruinas la Iglesia y el Cielo la va a reedificar y esa es parte de la misión de nosotros y del Papa, pero esto no excluye la batalla sangrienta con las caídas que infligirán los enemigos que están fuera y aún dentro de la misma Iglesia. Por eso, los peores momentos de la Esposa de Cristo están por venir.
Todos los artículos de este sitio pueden ser reproducidos, siempre y cuando se cite al autor, Luis Eduardo López Padilla, y la página donde fue originalmente publicado, www.apocalipsismariano.com
En este entorno, la Santísima Virgen ha profetizado desde hace 200 años medularmente lo siguiente:
Crecimiento de la maldad, apostasía y pérdida de la fe en la mayoría de las naciones
Divisiones entre las familias, pueblos, naciones, soberanos y príncipes de la Iglesia
Guerras entre naciones poderosas
Catástrofes naturales nunca antes vistas que envuelven a los cuatro elementos de la naturaleza
Hambruna, pestes y epidemias
Falta de crecimiento espiritual, pérdida de lo sagrado e indiferencia profunda a las cosas de Dios
Advertencias universales y sobrenaturales para la conversión de la humanidad
Rusia como flagelo de la humanidad
Un momento de gran obscuridad para la Iglesia nunca antes vista en la que habrá división entre sacerdotes, obispos y cardenales que detonará en un cisma de terribles consecuencias para las almas
Surgimiento de algunos hombres que se superarán espiritualmente y contribuirán al triunfo final del Corazón Inmaculado de María, para dar paso al Reino de Cristo con Su Parusía (presencia espiritual) en la tierra donde se restituirá el Amor de Dios sobre todas las cosas
Ante este panorama profético, el demonio se ha asegurado, como se dijo al principio, de confundir mezclando profecías falsas y verdaderas, adelantando acontecimientos que ha traído a la postre una relajación en el tema profético que ha distorsionado la verdadera y auténtica profecía dulce-amarga que revela el Plan de Dios descrito mediante signos y simbolismos en el Libro del Apocalipsis.
Así, hay quienes veían el fin de los tiempos en el año 1960; la Gran Ramera identificada con la Iglesia Católica a partir del Concilio Vaticano II; los falsos pastores y anticristos en la Sede de Pedro a partir de Juan XXIII y sucesores. A Juan Pablo II como el Papa del Secreto de Fátima y el que habría de salir huyendo de Roma según la visión del Secreto de Fátima y más.
Ahora, a partir de la sorpresiva e inesperada renuncia del Papa Benedicto XVI se entró en un período de incertidumbre profética y no pocos quieren ver en el Papa Francisco al falso pastor anunciado en las Escrituras o al antipapa anunciado en algunas revelaciones privadas, o más grave aún, quienes ven a Francisco como la causa eficiente próxima de un cisma.
El Crepúsculo y la Noche
Es preciso analizar con detenimiento las profecías. Para esto es condición indispensable eliminar las que son falsas para lograr el discernimiento correcto ahora que todavía hay luz, pues las tinieblas que se avecinan serán tan densas que será harto difícil andar por el camino verdadero: “Todavía por un poco tiempo tenéis luz en vosotros. Caminad mientras tenéis luz para que no os sorprendan las tinieblas, ya que el que anda en tinieblas ignora adónde va. Mientras tenéis luz, creed a la luz para que os convirtáis en hijos de la luz” (Jn 12, 35 – 36).
La mayor obscuridad para la Iglesia será cuando la veamos dividida y enfrentada, y ahí sí será muy difícil saber por dónde se camina. Es importante prepararnos bien ahora que hay un poco de tiempo y contamos con los medios espirituales para pasar la noche, haciéndonos hijos de la luz para que la fe no desfallezca en la muy próxima hora de las tinieblas. La noche será de apostasía para quienes pierdan su fe por no haberse convertido en hijos de la luz durante el crepúsculo actual; y la noche será más de santidad, misticismo e incluso martirio para aquellos que hayan aprovechado este crepúsculo para hacerse hijos de la luz.
La Causa del Cisma
Hemos dicho que la causa remota del cisma más grande que habrá enfrentado la Iglesia en su Historia es el llamado Misterio de la Iniquidad que obra en el mundo. Finalmente Satanás es la causa indirecta del mal que Dios permite en su Divina Sabiduría. Pero las causas más próximas de esta apostasía que se vive hoy en la Iglesia son el resultado de falsas filosofías que dieron lugar a perversas ideologías en el orden político, social y religioso y que fueron minando poco a poco el fundamento de la Iglesia de Cristo. De alguna manera es una catástrofe anunciada que ya el Papa León XIII visualizaba con la gran herejía del modernismo, que como toda herejía, no venía del exterior sino del interior de la Iglesia. Finalmente es querer interpretar la doctrina católica según los moldes culturales y humanos de los tiempos modernos. Por eso Pío X profetizaba que la deserción y la apostasía que se hacía evidente era “como un anticipo y comienzo de los males que estaban reservados para el final de los tiempos” (cfr. Encíclica E Supremi Apostolatus Cathedra No. 6).
Pío XI diría en su Encíclica Quas Primas que “la sociedad está tambaleándose hacia su ruina porque ya no tiene más una fundación segura y sólida”.
Con el advenimiento de Juan XXIII y del Concilio Vaticano II la Iglesia Católica entró dividida al Concilio y salió de él enfrentada en dos bandos irreconciliables que aún hoy marcan grandes diferencias y que dio lugar a dos distintas interpretaciones del Concilio.
Sin pretender agotar el tema ni mucho menos, me limito a citar las palabras del entonces Cardenal Ratzinger sobre lo que denominó la perversión del Concilio, es decir, la infiltración implacable y tenaz de las fuerzas ocultas al interior de la Iglesia:
“Resulta incontestable que los últimos veinte años han sido decididamente desfavorables para la Iglesia Católica. Los resultados que han seguido del Concilio parecen oponerse cruelmente a las esperanzas de todos, comenzando por las del Papa Juan XXIII y, después las de Paulo VI (…)
“Los Papas y los padres conciliares esperaban una nueva unidad católica y ha sobrevenido una división tal que –en palabras de Paulo VI– se ha pasado de la autocrítica a la autodestrucción (…) Esperábamos un salto hacia adelante, y nos hemos encontrado ante un proceso progresivo de decadencia que se ha desarrollado en buena medida bajo el signo de un presunto “espíritu del Concilio”, provocando de este modo su descrédito.
“Estoy convencido de que los males que hemos experimentado en estos veinte años no se deben al Concilio “verdadero”, sino al hecho de haberse desatado al interior de la Iglesia ocultas fuerzas agresivas, centrífugas e irresponsables (…)” (Informe sobre la Fe. BAC Popular. 1985. Págs. 35, 36 y 47).
Esta era la debacle y la profunda crisis y división de la Iglesia en los años posteriores al Concilio, junto con la amenaza del marxismo con la Teología de la Liberación, particularmente de la Iglesia norteamericana y otras naciones tercermundistas; así como el rechazo casi unánime de laicos católicos, moralistas, sacerdotes y obispos en contra de la Humanae Vitae, y la no menos grave infiltración masónica y de la mafia en los engranajes financieros del Vaticano, y como colofón, la confusión de graves errores doctrinales en la Iglesia sobre Cristo, la Eucaristía, el Sacramento de la Penitencia con abusos de absoluciones generales, la doctrina sobre el pecado original, un equivocado ecumenismo e indiferentismo y progresismo religioso, que llevó a Pablo VI a hablar del “humo del infierno que había penetrado dentro de la Iglesia de Dios”.
“Creemos –dijo Paulo VI– que algo preternatural vino al mundo precisamente para perturbar, para sofocar los frutos del Concilio Ecuménico y para impedir que la Iglesia prorrumpiera en un himno de alegría por haber readquirido la plenitud de su conciencia sobre sí misma” (alocución Resistite fortes in fide del 29 de Junio de 1972).
Bajo Juan Pablo II la grave crisis interna de la Iglesia no sólo continuó sino que se agravó, pese a que con el Papa parecía haberse aplacado un tanto la furia innovadora, herética, revolucionaria y de apostasía de tantos sacerdotes, laicos y obispos de todo el mundo.
No obstante, el neo-modernismo progresista quedó consolidado en la Iglesia pero sólo de hecho, no doctrinariamente en la cátedra de Pedro, ni tampoco por Juan Pablo II quien predicó incansablemente por todo el mundo contra sus errores y que, para no precipitar a la Iglesia en males mayores, no pudo erradicar a los muy numerosos teólogos y sacerdotes que los sustentaban más o menos abiertamente. En consonancia a este texto, se entienden las palabras del Papa León XIII, a raíz de la visión que tuvo acerca del ataque que infringiría el Demonio a la Iglesia en el siglo XX, y que le llevó a componer la Oración a Miguel Arcángel:
“En el mismo lugar santo, donde ha sido establecida la sede de San Pedro y la Silla de la Verdad para iluminar al mundo, ellos han levantado el trono de su abominable impiedad, con el designio inicuo que cuando el pastor sea golpeado, las ovejas se dispersen”.
Gente Maligna Planea la Obscuridad total de La Iglesia
Gente Maligna, que va en contra de la fe, planea la obscuridad de la Iglesia… y llegará, cuando la Iglesia Verdadera se separe de la Falsa. Muchos huirán escandalizados. Será un gran escándalo para todos. Muchos dejarán de creer y otros muchos se sentirán engañados por la Iglesia. Muchísimos andarán como oveja sin pastor. Será una proyección espiritual de las catástrofes políticas, económicas, sociales y naturales que en ese momento se estarán viviendo en el mundo.
Pero muchos se han adelantado confundidos por Satanás y creen que ya el cisma está o que el Papa Francisco forma o formará parte de él. No es así. Este Papa es el Rompedor. En su Pontificado veremos acciones y toma de decisiones nunca antes realizadas por los Romanos Pontífices. Él es parte de la mística trilogía de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco que prepara a la Iglesia a su catacumba en la llamada a la vivencia y práctica diaria del Evangelio. El In Persecutione por las veces que será atentado contra su vida porque empieza a cimentar la reconstrucción de la Iglesia, para que nazca la Iglesia del AMOR, la de Juan, la que debe afianzar y darle Plenitud a la Iglesia de Pedro, que fue la Iglesia de la ley por 2000 años.
Todos los artículos de este sitio pueden ser reproducidos, siempre y cuando se cite al autor, Luis Eduardo López Padilla, y la página donde fue originalmente publicado, www.apocalipsismariano.com
Pero lo más grave es que se comparten mensajes que en apariencia corroboran el auténtico mensaje del Cielo y las distintas profecías de la Sagrada Escritura, sin embargo están llenos de imprecisiones y desaciertos teológicos que lo único que provocan es más confusión, y lo más importante, desvian el propósito fundamental del Mensaje de la Santísima Virgen.
En efecto, con más frecuencia se transmiten por correos electrónicos mensajes sobre la profecía del Aviso, el Secreto de Fátima, el Anticristo, la aparición pública de Enoc y Elías, la Gran Tribulación, los "días de oscuridad", el microchip, el Gobierno Mundial, los Illuminati, fechas de eventos y un largo etcétera, que como dije anteriormente, no pasan por ningún tipo de discernimiento y con ello se filtran aciertos y desaciertos, luces y oscuridades, que van creando cada vez más confusión para el lector en general, pues llegan ya los tiempos en que cada día será más difícil poder discernir lo que es de Dios de lo que no lo es, o lo que tiene sólo un origen humano, o lo que es peor, un origen diabólico.
Además de lo anterior, estamos también asistiendo a una gran proliferación de profecías paganas y esotéricas relativas a la llegada de una nueva era, fenómenos astronómicos, anuncios de fin de un ciclo y el despertar de un nuevo amanecer para la humanidad, con conceptos ecológicos y cósmicos sobre la naturaleza y la creación, y todo ello aunado a la distorsión sobre el orden natural que han venido legalizando no pocos países en el mundo. Y como se ha dicho, en todo esto siempre hay un fondo o semillas de verdad que exige un conocimiento y discernimiento de los tiempos y de las profecías a la luz de la fe. No se trata nada más de reenviar y mandar mensajes "sin ton ni son", sino que hay que ser asertivo en la formación de lo que se envía para luego no ser causa de deformación para los demás.
Así pues, tenemos que matizar algunos aspectos sobre diversas profecías:
Aviso de Dios
Respecto a este punto hay dos errores muy frecuentes. Primero, anunciar que es inminente. Se ha venido diciendo desde el 2000 que será ese año, en la Cuaresma, en la Navidad, etc. y así ya han pasado 14 años, sin tomar en cuenta que el Gran Aviso de Dios o también conocido como el Día de la Iluminación de las Conciencias, ocurrirá en medio de un gran caos mundial, y cuando hayan ocurrido ya ciertos eventos precisos, y más específicamente, un gran cisma de la Iglesia que enfrentará a dos “Papas”. Por tanto, mientras esto no ocurra, no tendrá lugar el Aviso, que por lo demás vendrá al mundo cuando la situación esté en su peor momento en general.
También hay que precisar que el Aviso no está asociado, como algunos mensajes lo afirman, a eventos catastróficos. Es exclusivamente un evento de orden espiritual e interior para todo ser humano en la Tierra, aunque ciertamente iniciará o será detonado por un evento natural de orden cósmico pero que no traerá aparejada la muerte, a menos que sea de la impresión, del shock.
Anticristo
Se afirma que si ya está por aparecer, que si Maitreya, o algunos de los personajes políticos actuales de la esfera mundial. Pues ni lo uno ni lo otro. Volvemos a aclarar que el nombre genérico de Maitreya no es el nombre del Anticristo. Es decir, Maitreya es un nombre muy antiguo del Budismo y que encubre el nombre del quinto Buda que habrá de manifestarse próximamente dentro del budismo, como ha habido muchos. Los personajes a los que se les ha atribuido el título o mote de Maitreyas, no son el último Anticristo; a lo sumo, serán falsos Cristos.
Asimismo, el Anticristo no tiene nada que ver con los actuales políticos; éstos son, a lo mucho, profetas o precursores del Anticristo. Porque el Anticristo será un ser que tendrá el poder total del Dragón o de Satanás (Ap. XIII) y que asimismo, entre otras cualidades, tendrá la de "poder violar la ley natural", por lo que no se sujetará a ella, a diferencia de Jesucristo quien sí se sometió a la misma. Esto quiere decir que puede nacer en el 2015 y, para el 2025, aparecer como de 40 ó 50 años.
Y en todo caso, el Anticristo no puede manifestarse en escena pública hasta que no llegue a su clímax la apostasía; hasta que no tenga lugar el gran cisma de la Iglesia; hasta que no sea "removido" el último Papa Romano –que no es Francisco-, el último de la lista de Papas Romanos (II Tes 2, 7); y hasta que no tengan lugar grandes catástrofes y desastres naturales, sociales y económicos en que parezca que ya no hay solución. Será entonces cuando surgirá en escena el personaje "salvador" del Anticristo, "que hará grandes prodigios y milagros engañosos hasta confundir a los mismos elegidos" (II Tes, II), que por lo demás nacerá de una falsa virgen, una mujer que después de haber sido de muchos hombres, y ex religiosa, se presentará ante el mundo con una especie de virginidad, pero que será falsa, una "virgen de tinieblas" que pretenderá remedar a la Virgen de Luz, María.
La Segunda Venida de Cristo
Otro de los temas que conllevan mucha confusión es el de la Segunda Venida de Cristo. Ciertamente éste es dogma de fe y probablemente el más importante de todos, pero su realización está envuelta en un gran misterio. No es exacto lo que se afirma por ahí de que la Segunda Venida de Jesús (como hasta ahora lo ha explicado la Iglesia) que descenderá físicamente de las nubes del cielo, rodeado de sus ángeles y sus santos, donde "todo ojo lo verá" (Apoc 1, 7), vaya a tener verificativo ahora, en los próximos años, pues este evento, como lo estamos detallando, sólo ocurrirá al fin de la Historia de la humanidad, poco antes del Juicio Final, donde el Señor Dios pondrá a su derecha a "los benditos de su Padre" y a la izquierda a "los malditos merecedores del fuego eterno".
Lo que en realidad pone fin al Misterio de la Iniquidad del que habla San Pablo es la llamada Parusía o Manifestación del Señor, que con su resplandor pondrá término a toda la terrible tribulación pavorosa que desencadenará el último y personal Anticristo, para inaugurar en la Historia precisamente la llamada Parusía, que será un período largo e indeterminado de tiempo en la Tierra donde se cumplirán un sinnúmero de profecías bíblicas (ver Isaías 65), y donde el bien se impondrá sobre el mal; será un tiempo de gracia, belleza, armonía, santidad, justicia y paz, donde Cristo Jesús tendrá el escenario histórico en el que se proclamará y será reconocido como Rey de reyes y Señor de señores. Pero en este tiempo no estará Jesucristo físicamente como ya lo estuvo hace 2,000 años, aunque su presencia espiritual se palpará y se sentirá por todo el orbe de la Tierra, sin dejar de admitir que puedan darse –y de hecho se darán– esporádicas manifestaciones visibles, como las que tuvo exactamente igual en esos 40 días que siguieron a su Resurrección, antes de su Ascensión gloriosa a los cielos.
En fin, que es un tema complejo que no puede profundizarse en un artículo, pero que al menos erradica la idea errónea de que el Señor Jesús ya está listo a volver físicamente y que estará viviendo entre nosotros durante mil años o el tiempo que dure su Reinado en la Tierra. Esta postura llevada al extremo está condenada por la Iglesia y se conoce como Milenarismo o en griego Kiliasmo. Lo que está cerca de tener lugar es la Parusía del Señor, donde se inaugura Su Reino en la Tierra, y al final de la Parusía, tendrá lugar el último acto, que será su Manifestación Gloriosa y visible para todos. La Segunda Venida de Cristo es parte de Su Parusía, pero la Parusía es un concepto mucho más amplio e históricamente más extenso.
Protecciones para los días malos
También existen cualquier cantidad de mensajes y revelaciones que pululan por ahí de que busquemos refugios, guardemos velas y uvas benditas, y demás protecciones ante todo lo que va a venir y poniendo énfasis en los días de tinieblas y en cerrar ventanas y puertas, y no salir a la calle ante ese acontecimiento, y cuidar a los animales, etc., lo cual es distorsionar la esencia y prioridad del Mensaje de la Santísima Virgen, invirtiendo lo prioritario por lo secundario. No es así.
Lo que la Madre de Dios nos pide como prioridad es la conversión a través de una vida de oración y sacrificio intensa; práctica de la penitencia y el ayuno frecuente; así como la participación de los sacramentos, particularmente la Eucaristía; y que todo esto nos lleve disciplinadamente a una vivencia de las virtudes, real y auténtica, para de esta forma contribuir al proyecto de la Madre de Dios, tanto de formar Apóstoles de los Tiempos, así como la realización y edificación de una Nueva Comunidad en el Reino de Cristo en la Tierra. Y todo lo demás se nos dará por añadidura, asegurándose el Cielo de que sepamos qué hacer y a dónde ir ante los desastres terribles que se avecinan. O sea, que nosotros mismos debemos ser esos aposentos que el cielo está pidiendo que edifiquemos en la Tierra, con nuestra entrega y vivencia diaria llena de fe profunda y mediante un apostolado firme, constante y diligente.
Fechas
Existe una manía creciente en mandar mensajes por internet donde se hacen análisis y estudios para anunciar que en tal o cual año será el aviso profetizado en varios lugares de apariciones marianas; que en tal o cual año será el milagro anunciado en Garabandal y en Medjugorje; y más aún, que en tal o cual año será la Parusía; que ya ha comenzado la última semana de Daniel de 7 años; que la Tercera Guerra Mundial comenzaría el año pasado con la crisis en Siria o comenzará este año con la crisis en Crimea, etc.
Debo reconocer que su servidor fue tentado por esta tendencia y después de muchos años me he convencido que más que hacer bien hace mal y crea confusión pues se distorsiona el propósito que el Cielo busca al revelar sus mensajes, que es principal y exclusivamente la preparación de nuestro ser trino, a saber: cuerpo, alma y entendimiento. Es mandatorio prepararnos cada vez más y mejor pues las tres partes de nuestro ser serán probadas al extremo, es decir, tanto el cuerpo, como el entendimiento, y principalmente el alma.
Bástele al hombre saber y hacer saber al mundo que los tiempos han llegado y que estamos en la inminencia de todos los acontecimientos profetizados en la Sagrada Escritura, en las apariciones marianas y que forman parte del final de los tiempos que traerán a la postre destrucción y construcción; derrota y victoria.
Papa Francisco
No quiero terminar este artículo sin mencionar también la triste y dolorosa postura que no pocos católicos de cierta línea, incluidos promotores del mensaje mariano, que siguen viendo con profundo recelo al Papa Francisco, y más grave aún, ventilando sus reservas al público en general, creando con ello terrible confusión, pues hacen un equivocado discernimiento de lo que es este Papa y de las razones por las cuales el Cielo lo puso en la Silla de Pedro.
Entendámoslo bien, este Papa es perfectamente válido y necesitamos rezar todos los días por él para que pueda cumplir fielmente la voluntad de Dios en su ministerio petrino. Indudablemente que él forma parte del entorno general por el que la Iglesia transita en este periodo de la Historia tan lleno de confusión y tinieblas. La debacle de la Iglesia no empieza con Francisco sino lleva ya un largo periodo de tiempo en que ha ido gradualmente alejándose de la Verdad de Cristo. Está en ruinas la Iglesia y el Cielo la va a reedificar y esa es parte de la misión de nosotros y del Papa, pero esto no excluye la batalla sangrienta con las caídas que infligirán los enemigos que están fuera y aún dentro de la misma Iglesia. Por eso, los peores momentos de la Esposa de Cristo están por venir.
Todos los artículos de este sitio pueden ser reproducidos, siempre y cuando se cite al autor, Luis Eduardo López Padilla, y la página donde fue originalmente publicado, www.apocalipsismariano.com
En este entorno, la Santísima Virgen ha profetizado desde hace 200 años medularmente lo siguiente:
Crecimiento de la maldad, apostasía y pérdida de la fe en la mayoría de las naciones
Divisiones entre las familias, pueblos, naciones, soberanos y príncipes de la Iglesia
Guerras entre naciones poderosas
Catástrofes naturales nunca antes vistas que envuelven a los cuatro elementos de la naturaleza
Hambruna, pestes y epidemias
Falta de crecimiento espiritual, pérdida de lo sagrado e indiferencia profunda a las cosas de Dios
Advertencias universales y sobrenaturales para la conversión de la humanidad
Rusia como flagelo de la humanidad
Un momento de gran obscuridad para la Iglesia nunca antes vista en la que habrá división entre sacerdotes, obispos y cardenales que detonará en un cisma de terribles consecuencias para las almas
Surgimiento de algunos hombres que se superarán espiritualmente y contribuirán al triunfo final del Corazón Inmaculado de María, para dar paso al Reino de Cristo con Su Parusía (presencia espiritual) en la tierra donde se restituirá el Amor de Dios sobre todas las cosas
Ante este panorama profético, el demonio se ha asegurado, como se dijo al principio, de confundir mezclando profecías falsas y verdaderas, adelantando acontecimientos que ha traído a la postre una relajación en el tema profético que ha distorsionado la verdadera y auténtica profecía dulce-amarga que revela el Plan de Dios descrito mediante signos y simbolismos en el Libro del Apocalipsis.
Así, hay quienes veían el fin de los tiempos en el año 1960; la Gran Ramera identificada con la Iglesia Católica a partir del Concilio Vaticano II; los falsos pastores y anticristos en la Sede de Pedro a partir de Juan XXIII y sucesores. A Juan Pablo II como el Papa del Secreto de Fátima y el que habría de salir huyendo de Roma según la visión del Secreto de Fátima y más.
Ahora, a partir de la sorpresiva e inesperada renuncia del Papa Benedicto XVI se entró en un período de incertidumbre profética y no pocos quieren ver en el Papa Francisco al falso pastor anunciado en las Escrituras o al antipapa anunciado en algunas revelaciones privadas, o más grave aún, quienes ven a Francisco como la causa eficiente próxima de un cisma.
El Crepúsculo y la Noche
Es preciso analizar con detenimiento las profecías. Para esto es condición indispensable eliminar las que son falsas para lograr el discernimiento correcto ahora que todavía hay luz, pues las tinieblas que se avecinan serán tan densas que será harto difícil andar por el camino verdadero: “Todavía por un poco tiempo tenéis luz en vosotros. Caminad mientras tenéis luz para que no os sorprendan las tinieblas, ya que el que anda en tinieblas ignora adónde va. Mientras tenéis luz, creed a la luz para que os convirtáis en hijos de la luz” (Jn 12, 35 – 36).
La mayor obscuridad para la Iglesia será cuando la veamos dividida y enfrentada, y ahí sí será muy difícil saber por dónde se camina. Es importante prepararnos bien ahora que hay un poco de tiempo y contamos con los medios espirituales para pasar la noche, haciéndonos hijos de la luz para que la fe no desfallezca en la muy próxima hora de las tinieblas. La noche será de apostasía para quienes pierdan su fe por no haberse convertido en hijos de la luz durante el crepúsculo actual; y la noche será más de santidad, misticismo e incluso martirio para aquellos que hayan aprovechado este crepúsculo para hacerse hijos de la luz.
La Causa del Cisma
Hemos dicho que la causa remota del cisma más grande que habrá enfrentado la Iglesia en su Historia es el llamado Misterio de la Iniquidad que obra en el mundo. Finalmente Satanás es la causa indirecta del mal que Dios permite en su Divina Sabiduría. Pero las causas más próximas de esta apostasía que se vive hoy en la Iglesia son el resultado de falsas filosofías que dieron lugar a perversas ideologías en el orden político, social y religioso y que fueron minando poco a poco el fundamento de la Iglesia de Cristo. De alguna manera es una catástrofe anunciada que ya el Papa León XIII visualizaba con la gran herejía del modernismo, que como toda herejía, no venía del exterior sino del interior de la Iglesia. Finalmente es querer interpretar la doctrina católica según los moldes culturales y humanos de los tiempos modernos. Por eso Pío X profetizaba que la deserción y la apostasía que se hacía evidente era “como un anticipo y comienzo de los males que estaban reservados para el final de los tiempos” (cfr. Encíclica E Supremi Apostolatus Cathedra No. 6).
Pío XI diría en su Encíclica Quas Primas que “la sociedad está tambaleándose hacia su ruina porque ya no tiene más una fundación segura y sólida”.
Con el advenimiento de Juan XXIII y del Concilio Vaticano II la Iglesia Católica entró dividida al Concilio y salió de él enfrentada en dos bandos irreconciliables que aún hoy marcan grandes diferencias y que dio lugar a dos distintas interpretaciones del Concilio.
Sin pretender agotar el tema ni mucho menos, me limito a citar las palabras del entonces Cardenal Ratzinger sobre lo que denominó la perversión del Concilio, es decir, la infiltración implacable y tenaz de las fuerzas ocultas al interior de la Iglesia:
“Resulta incontestable que los últimos veinte años han sido decididamente desfavorables para la Iglesia Católica. Los resultados que han seguido del Concilio parecen oponerse cruelmente a las esperanzas de todos, comenzando por las del Papa Juan XXIII y, después las de Paulo VI (…)
“Los Papas y los padres conciliares esperaban una nueva unidad católica y ha sobrevenido una división tal que –en palabras de Paulo VI– se ha pasado de la autocrítica a la autodestrucción (…) Esperábamos un salto hacia adelante, y nos hemos encontrado ante un proceso progresivo de decadencia que se ha desarrollado en buena medida bajo el signo de un presunto “espíritu del Concilio”, provocando de este modo su descrédito.
“Estoy convencido de que los males que hemos experimentado en estos veinte años no se deben al Concilio “verdadero”, sino al hecho de haberse desatado al interior de la Iglesia ocultas fuerzas agresivas, centrífugas e irresponsables (…)” (Informe sobre la Fe. BAC Popular. 1985. Págs. 35, 36 y 47).
Esta era la debacle y la profunda crisis y división de la Iglesia en los años posteriores al Concilio, junto con la amenaza del marxismo con la Teología de la Liberación, particularmente de la Iglesia norteamericana y otras naciones tercermundistas; así como el rechazo casi unánime de laicos católicos, moralistas, sacerdotes y obispos en contra de la Humanae Vitae, y la no menos grave infiltración masónica y de la mafia en los engranajes financieros del Vaticano, y como colofón, la confusión de graves errores doctrinales en la Iglesia sobre Cristo, la Eucaristía, el Sacramento de la Penitencia con abusos de absoluciones generales, la doctrina sobre el pecado original, un equivocado ecumenismo e indiferentismo y progresismo religioso, que llevó a Pablo VI a hablar del “humo del infierno que había penetrado dentro de la Iglesia de Dios”.
“Creemos –dijo Paulo VI– que algo preternatural vino al mundo precisamente para perturbar, para sofocar los frutos del Concilio Ecuménico y para impedir que la Iglesia prorrumpiera en un himno de alegría por haber readquirido la plenitud de su conciencia sobre sí misma” (alocución Resistite fortes in fide del 29 de Junio de 1972).
Bajo Juan Pablo II la grave crisis interna de la Iglesia no sólo continuó sino que se agravó, pese a que con el Papa parecía haberse aplacado un tanto la furia innovadora, herética, revolucionaria y de apostasía de tantos sacerdotes, laicos y obispos de todo el mundo.
No obstante, el neo-modernismo progresista quedó consolidado en la Iglesia pero sólo de hecho, no doctrinariamente en la cátedra de Pedro, ni tampoco por Juan Pablo II quien predicó incansablemente por todo el mundo contra sus errores y que, para no precipitar a la Iglesia en males mayores, no pudo erradicar a los muy numerosos teólogos y sacerdotes que los sustentaban más o menos abiertamente. En consonancia a este texto, se entienden las palabras del Papa León XIII, a raíz de la visión que tuvo acerca del ataque que infringiría el Demonio a la Iglesia en el siglo XX, y que le llevó a componer la Oración a Miguel Arcángel:
“En el mismo lugar santo, donde ha sido establecida la sede de San Pedro y la Silla de la Verdad para iluminar al mundo, ellos han levantado el trono de su abominable impiedad, con el designio inicuo que cuando el pastor sea golpeado, las ovejas se dispersen”.
Gente Maligna Planea la Obscuridad total de La Iglesia
Gente Maligna, que va en contra de la fe, planea la obscuridad de la Iglesia… y llegará, cuando la Iglesia Verdadera se separe de la Falsa. Muchos huirán escandalizados. Será un gran escándalo para todos. Muchos dejarán de creer y otros muchos se sentirán engañados por la Iglesia. Muchísimos andarán como oveja sin pastor. Será una proyección espiritual de las catástrofes políticas, económicas, sociales y naturales que en ese momento se estarán viviendo en el mundo.
Pero muchos se han adelantado confundidos por Satanás y creen que ya el cisma está o que el Papa Francisco forma o formará parte de él. No es así. Este Papa es el Rompedor. En su Pontificado veremos acciones y toma de decisiones nunca antes realizadas por los Romanos Pontífices. Él es parte de la mística trilogía de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco que prepara a la Iglesia a su catacumba en la llamada a la vivencia y práctica diaria del Evangelio. El In Persecutione por las veces que será atentado contra su vida porque empieza a cimentar la reconstrucción de la Iglesia, para que nazca la Iglesia del AMOR, la de Juan, la que debe afianzar y darle Plenitud a la Iglesia de Pedro, que fue la Iglesia de la ley por 2000 años.
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