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EN EL ESPLENDOR DE LOS SANTOS. 1 de noviembre de 1994 MENSAJE DEL LIBRO DEL PADRE GOBBI MSM S. Francis-Maine (U.S.A.), 1 de noviembre de 1994 Fiesta de los todos los Santos EN EL ESPLENDOR DE LOS SANTOS.Más
EN EL ESPLENDOR DE LOS SANTOS. 1 de noviembre de 1994

MENSAJE DEL LIBRO DEL PADRE GOBBI MSM
S. Francis-Maine (U.S.A.), 1 de noviembre de 1994
Fiesta de los todos los Santos

EN EL ESPLENDOR DE LOS SANTOS.

«Celebrad hoy la fiesta de todos los Santos.
Cuántos de vuestros hermanos y hermanas, que han formado parte aquí de mi ejército, en el Paraíso forman la corona de gloria en torno al Corazón Inmaculado de vuestra Madre y Reina.


Soy la Reina de todos los Santos. En el esplendor de los Santos, se forma una sola y única familia de los hijos de Dios, amados y redimidos por Él, que gozan de una felicidad perfecta y eterna y entonan el canto nuevo de su glorioso triunfo.

En el esplendor de los Santos vivid también vosotros estos días de dolorosa purificación y de gran tribulación.
Ellos están a vuestro lado, os ayudan, os protegen con su poderosa intercesión y os conducen a la completa realización de mi designio materno.


En el esplendor de los Santos sois consolados en vuestro sufrir y confortados en los momentos sangrientos de la lucha contra las potentes fuerzas del mal, que hoy parecen llevar las de ganar.
Así sois llamados a vivir las horas dolorosas de vuestro martirio.

En el esplendor de los Santos debéis vivir los momentos presentes y llevar el peso de la gran prueba, que ya ha descendido sobre el mundo, para purificar la humanidad y prepararla a su encuentro con el Señor que vuelve a vosotros en gloria.

En el esplendor de los Santos debe abrir ahora el corazón a la esperanza toda la Iglesia que sufre y peregrina, porque desciende tanta luz del cielo para iluminar y confortar su doloroso camino hacia el Calvario de su inmolación.

En el esplendor de los Santos continúa este tu tan fatigoso y extraordinario viaje, mi más pequeño niño, llamado a llevar la luz de Cristo a tantas almas oscurecidas por el pecado, y el amor y el consuelo de la Madre a tantos corazones enfermos y heridos.
Así, sobre cada paso que das, tu Madre Celestial hará florecer la esperanza, la confianza y la alegría.»