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La Vida de la Venerable Elizabeth Canori. Eh...tratado de encontrar el libro en el espanol y no lo eh encontrado...disculpen, pero esta en ingles. Su vida es impresionante, es un modelo para todas las …Más
La Vida de la Venerable Elizabeth Canori.

Eh...tratado de encontrar el libro en el espanol y no lo eh encontrado...disculpen, pero esta en ingles. Su vida es impresionante, es un modelo para todas las mujeres y mamas del mundo. Disfruten este libro.
Esta es la vida de la Beata Elisabetta (Isabel) Canori Mora, modelo de santidad para nuestros días. Nace el 21 de noviembre de 1774 en Roma de Tomás y Teresa Primoli, su familia es de buena posición económica, cristiana y siempre está atenta a la educación y formación de sus hijos.
Isable estudia durante los años 1785 y 1788 con las Hermanas Agustinas de Cascia, se distingue por su inteligencia profunda vida interior y espíritu de penitencia. Vuelve nuevamente a Roma, y comienza su vida social. El 10 de enero de 1796 se casa con Cristóbal Mora, un jóven abogado romano, que la engaña después de algunos meses comprometiendo su matrimonio. Son momentos de muchas penas y dolores, pero su oración y su Fe en Cristo y María la hacen salir triunfadora.
Isabel a la violencia física y psicológica de su marido responde con una total fidelidad. Trabaja para poderse ganar su sustento diario, y sigue muy de cerca a sus hijas Lucina y Marianna, sin descuidar ni un momento los quehaceres propios de su hogar, a pesar de contar con muy poco tiempo nunca descuidó el tiempo de la oración, el servicio a los más necesitados del barrio y la asistencia a los enfermos.
Su casa se convirtió así en un centro donde se repartían bienes materiales y espirituales a todos aquellos que se acercaban, en especial a las mujeres que tenían una familia con dificultades.
Conoce y profundiza la espiritualidad Trinitaria e ingresa a la Orden Secular Terciaria Trinitaria, respondiendo con dedicación a la vocación familiar y a la de consagrada secular.
La fama de su santidad, el eco de sus experiencias místicas se hicieron voz viva en toda Roma y ciudades aledañas. Siempre caracterizada por su humildad, su estilo de vida pobre, y su espíritu generoso al servicio de los pobres y a la voluntad de Dios.
Su vida la sacrifica por la conversión de su marido, por el Papa, la Iglesia y su ciudad Roma, donde muere el 5 de febrero de 1825, siendo sepultada en la Iglesia de San Carlino. Luego de su muerte, su marido se convierte, y entra en la Orden Secular de los Padres Trinitarios, siendo después fraile menor conventual y sacerdote, como lo había predicho su esposa.
El Papa Juan Pablo II la beatificó el 24 de abril de 1994 en el Año Internacional de la familia.