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Imitación de Cristo (Tomás de Kempis) (Capítulo 13 ) Capítulo 13-Cómo se ha de resistir a las tentaciones. 1. Mientras en el mundo vivimos no podemos estar sin tribulaciones y tentaciones. Por lo …Más
Imitación de Cristo (Tomás de Kempis) (Capítulo 13 )

Capítulo 13-Cómo se ha de resistir a las tentaciones.
1. Mientras en el mundo vivimos no podemos estar sin tribulaciones y tentaciones.
Por lo cual está escrito en Job: Tentación es la vida del hombre sobre la tierra.
Por eso cada uno debe tener mucho cuidado acerca de la tentación, y velar en oración porque no halle el demonio lugar de engañarle, que nunca duerme, sino busca por todos lados a quien tragarse.
Ninguno hay tan santo ni tan perfecto, que no tenga algunas veces tentaciones, y no podemos vivir sin ellas.
2. Mas las tentaciones son muchas veces utilísimas al hombre, aunque sean graves y pesadas; porque en ellas es uno humillado, purgado y enseñado.
Todos los Santos por muchas tribulaciones y tentaciones pasaron, y aprovecharon.
Y los que nos las quisieron sufrir y llevar bien, fueron tenidos por malos y desfallecieron.
No hay orden o religión tan santa, ni lugar tan secreto, donde no haya tentaciones y adversidades.
3. No hay hombre seguro del todo de tentaciones mientras que vive; porque en nosotros mismos está la causa de donde vienen, pues que nacimos con la inclinación al pecado.
Pasada una tentación o tribulación, sobreviene otra, y siempre tendremos que sufrir, porque se perdió el bien de nuestra primera felicidad.
Muchos quieren huir las tentaciones, y caen en ellas más gravemente.
No se pueden vencer sólo con huirlas: con paciencia y verdadera humildad nos hacemos más fuertes que todos los enemigos.
4. El que solamente quita lo que se ve y no arranca la raíz, poco aprovechará; antes tornarán a él más presto las tentaciones, y se hallará peor.
Poco a poco, con paciencia y buen ánimo, vencerás (con el favor divino) mejor que no con tu propio conato y fatiga.
Toma muchas veces consejo en la tentación, y no seas desabrido con el que está tentado; antes procura consolarle como tú quisieras para ti.
5. El principio de toda tentación es la inconstancia del ánimo y la poca confianza en Dios.
Porque como la nave sin timón la lleva a una y otra parte las olas, así el hombre descuidado y que desiste de su propósito, es tentado de diversas maneras.
El fuego prueba el hierro, y la tentación al hombre justo.
Muchas veces no sabemos lo que podemos; mas la tentación descubre lo que somos.
Debemos, pues, velar principalmente al venir la tentación; porque entonces más fácilmente es vencido el enemigo cuando no le dejamos pasar de la puerta del alma, y se le resiste al umbral luego que toca.
Atajar al principio el mal procura;
Si llega a echar raíz, tarde se cura.
Porque primeramente se ofrece al ánima sólo el pensamiento sencillo; después la importuna imaginación; luego la delectación y el torpe movimiento, y el consentimiento.
Y así se entra poco a poco el maligno enemigo, y se apodera de todo por no resistirle al principio.
Y cuanto más tiempo fuere uno perezoso en resistir, tanto se hace cada día más flaco, y el enemigo contra él más fuerte.
6. Algunos padecen graves tentaciones al principio de su conversión, y otros al fin.
Pero otros son molestados casi por toda su vida.
Algunos son tentados blandamente, según la sabiduría y el juicio de la divina Providencia, que mide el estado y los méritos de los hombres, y todo lo tiene ordenado para la salvación de sus escogidos.
7. Por eso no debemos desconfiar cuando somos tentados; sino antes rogar a Dios con mayor fervor, que sea servido de ayudarnos en toda tribulación; el cual, sin duda, según el dicho de San Pablo, nos dará el auxilio junto con la tentación para que podamos resistir.
Humillemos, pues, nuestras almas bajo de la mano de Dios en toda tribulación y tentación. Porque El salvará y engrandecerá los humildes de espíritu.
8. En las tentaciones y adversidades se ve cuánto uno ha aprovechado, y en ellas consiste el mayor merecimiento y se conoce mejor la virtud.
No es mucho ser un hombre devoto y fervoroso, cuando no siente pesadumbre, mas si en el tiempo de la adversidad se sufre con paciencia, esperanza es de gran provecho.
Algunos no se rinden a grandes tentaciones, y son vencidos a menudo en las menores y comunes, para que humillados nunca confíen de sí en cosas grandes, siendo flacos en las pequeñas.
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