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Misioneras de la Caridad en Tierra Santa. Las encuentras sonrientes y discretas, en su inconfundible sari blanco bordado de azul, a veces de dos en dos, a lo largo de las calles de la Ciudad Vieja.. …Más
Misioneras de la Caridad en Tierra Santa.

Las encuentras sonrientes y discretas, en su inconfundible sari blanco bordado de azul, a veces de dos en dos, a lo largo de las calles de la Ciudad Vieja.. directas hacia las casas de los más necesitados, de los más pobres entre los pobres. Desde hace 10 años las hijas de la Madre Teresa tienen casa también en Jerusalén. Una presencia, silenciosa y eficaz, hecha de mucha oración y mucha caridad. Su misión específica aquí consiste en ir de casa en casa a visitar a los enfermos, ancianos, en las muchas situaciones desagradables en que viven no pocas familias de la Ciudad Vieja....

“Cuando podemos ayudamos sus necesidades materiales: alimento, vestido, medicina, dinero para las tasas escolares... naturalmente somos amigas de muchas familias musulmanas. Las vestimos, escuchamos sus problemas, sus dificultades y oramos por ellas”.

Se ha celebrado una misa solemne en la iglesia parroquial de San Salvador el 29 de agosto a las 11.00 en la ciudad santa con motivo del centenario del nacimiento de Madre Teresa.

“Un día de acción de gracias por Madre Teresa, por el don de nuestra Madre Teresa, un don de testimonio para la Iglesia y para el mundo entero, porque Madre Teresa es para todos”.

Las Misioneras de la Caridad están presentes también en Belén, Nablus y Gaza. Fue precisamente en Gaza que hace 40 años comenzó su misión en Tierra Santa y que continúa aún hoy como presencia importante de oración, de escucha, de apoyo espiritual y de caridad con la pequeña comunidad católica de la ciudad de Gaza y no sólo..

Pobreza y precariedad. La cotidianidad en Gaza está lejos de ser sencilla, pues, entre otras cosas falta el agua potable y la electricidad en las casas es un lujo para pocos y por pocas horas al día. Y sin embargo, la sencillez y la alegría no faltan nunca sobre los rostros de estas monjas que, en una casa adyacente a la iglesia parroquial, cuidan de los niños gravemente discapacitados, asegurándoles asistencia y terapias adecuadas. Son pocos los lugares como Gaza que no tiene orfanatos o estructuras de acogida para personas con dificultad. Incluso porque se sabe que en la cultura musulmana la discapacidad está mal vista y, a menudo, se oculta dentro de las mismas familias. Las cinco misioneras de la caridad en Gaza gestionan también, en otro edificio, un hospicio para mujeres, ancianas o mujeres solas.

“Al hacer este trabajo damos testimonio de nuestra vida cristiana aquí, porque nosotras aquí no predicamos, sino que evangelizamos con las pequeñas acciones, como decía nuestra madre fundadora; ' lo que haces es en nombre de Dios '. Y aquí testimoniamos a Cristo de ese modo”.

¿Y durante la guerra? Le preguntamos.

“Por gracia de Dios no nos ha sucedido nada. Tenemos una gran confianza en Él, que sabíamos que nos cuidaría. ¿Qué habríamos hecho con los niños en esa situación de guerra? Dios los cuidará, nos decíamos, y lo hizo. Cuidó a los niños y a nosotras, y no sucedió absolutamente nada”.