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Lo Que Ocurre en la Santa Misa-Testimonio Catalina Rivas. Lo que ocurre durante la Santa Misa es invisible a los ojos de los hombres, pero es tan tangible como lo debe ser nuestra fe en Dios. Y son …Más
Lo Que Ocurre en la Santa Misa-Testimonio Catalina Rivas.

Lo que ocurre durante la Santa Misa es invisible a los ojos de los hombres, pero es tan tangible como lo debe ser nuestra fe en Dios. Y son los ojos de nuestra fe los que deben ver lo que Dios nos enseña hoy: Aprender a vivir la Misa, por sus propios consejos y los de su Madre. Catalina Rivas nos comparte su testimonio donde ve y le es explicado lo que se vive en la misa a nivel espiritual.
Angelo Lopez
Estimada Sandra515, gracias por su comentario. Aveces somos muchos los que no nos damos cuenta de lo que Realmente sucede en La santa Misa. Gracias a Dios que por este Medio de Gloria.TV podemos ayudarnos unos a otros con Buena y Sana información para edificarnos y estar cada vez más fuertes en nuestra fe. Aqui le dejo un buen libro al final de este mensaje. Es de Jose Maria Iraburu.
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Estimada Sandra515, gracias por su comentario. Aveces somos muchos los que no nos damos cuenta de lo que Realmente sucede en La santa Misa. Gracias a Dios que por este Medio de Gloria.TV podemos ayudarnos unos a otros con Buena y Sana información para edificarnos y estar cada vez más fuertes en nuestra fe. Aqui le dejo un buen libro al final de este mensaje. Es de Jose Maria Iraburu.

Centralidad de la eucaristía: fuente y cumbre

La Iglesia siempre ha comprendido que su centro vivificante está en la eucaristía, que hace presente a Cristo, continuamente, en el sacrificio pascual de la redención. En la santa misa, el mismo Autor de la gracia se manifiesta y se da a los fieles, santificándoles y comunicándoles su Espíritu. El Vaticano II afirma por eso con verdadera insistencia que la eucaristía es «fuente y cumbre de toda la vida cristiana» (LG 11a; +CD 30f; PO 5bc, 6e; UR 6e). Ella es, secretamente, como decía Pablo VI, «el corazón» de la vida de la Iglesia (Mysterium fidei). Como la sangre fluye a todo el cuerpo desde el corazón, así del Corazón de Cristo en la eucaristía fluye la gracia a todos los miembros de su cuerpo.

«La celebración de la misa -afirma la Ordenación general del Misal Romano-, como acción de Cristo y del Pueblo de Dios ordenado jerárquicamente, es el centro de toda la vida cristiana para la Iglesia universal y local y para todos los fieles individualmente, ya que en ella se culmina la acción con que Dios santifica en Cristo al mundo y el culto que los hombres tributan al Padre, adorándole por medio de Cristo, Hijo de Dios. En ella, además, se recuerdan a lo largo del año los misterios de la redención de tal manera, que en cierto modo éstos se nos hacen presentes. Así pues, todas las demás acciones sagradas y cualesquiera obras de la vida cristiana se relacionan con ella, proceden de ella y a ella se ordenan» (OGMR 1).

Ignorancia de la misa

Hay que reconocer, sin embargo, que, a pesar de esa centralidad indudable, son pocos los cristianos que tienen acerca de la eucaristía un conocimiento de fe suficiente.
Y esa ignorancia litúrgica viene de lejos. La Iglesia de nuestros padres y antepasados -que en tantas cosas, si somos humildes, se nos muestra ahora admirable-, padecía, sin embargo, notables ignorancias en materia de liturgia. Todavía hoy, los cristianos de mayor edad saben que, cuando eran niños o muchachos, era normal que durante la misa se rezara el rosario, o se hicieran desde el púlpito novenas y predicaciones morales, que sólo cesaban durante el tiempo de la consagración, para seguir después. Recuerdan también las misas de comunión general o aquellas especialmente solemnes, que se celebraban ante la Custodia expuesta. En alguna ocasión habrían visto cómo en una misma iglesia, en distintos altares laterales, varios sacerdotes solos celebraban diversas misas. O es posible que recuerden cómo su párroco, a primera hora del día, rezaba completo el Oficio Divino, para quedar ya libre de él durante toda la jornada...

¿Cómo pudo la Iglesia, incluso en excelentes cristianos, ir derivando en su vida litúrgica a situaciones tan anómalas? Son muchas y graves las causas, pero aquí sólamente señalaremos una. La capacidad de los fieles para comprender y participar activamente en los sagrados misterios va disminuyendo, más o menos desde el Renacimiento, a medida que va creciendo en la espiritualidad del Occidente cristiano un voluntarismo de corte semipelagiano. La clave de la santificación, entonces, no está tanto en la gratuidad de la liturgia sino en el esfuerzo de la ascética. Y en ésta es, durante los últimos siglos, donde centran su atención los autores espirituales.


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🙏 🙏 😇
Sandra515
Gracias por gana bella enseñanza¡ Dios los Bendiga¡ todos los católicos debemos aprender a valorar La Santa Misa¡