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Espiritualidad Conyugal - Cómo orar la palabra en pareja.

http://j.gs/3713332/gloriatv Espiritualidad conyugal, oremostambién en pareja.- La espiritualidad conyugal es la comunicación en pareja con nuestro padre celestial a través de la oración, si la oración es siempre personal, no es necesariamente individual. Oramos también en pareja o en familia, con la comunidad de los creyentes durante las celebraciones litúrgicas, como la Eucaristía del domingo y las vigilias de oración. Veamos ahora cómo orar la Palabra en pareja y con los hijos. Dios nos habla cuando leemos su Palabra, nosotros le hablamos! cuando le respondemos con la oración. En un momento que nos convenga durante el día, tomemos algunos minutos en pareja para leer un texto de la Palabra de Dios, ya sea sacado de la Eucaristía del día, de la liturgia de las horas, o sencillamente de un libro bíblico del cual se lee una parte diariamente.

Después de la lectura, que cada uno medite en la Palabra algunos minutos con los ojos cerrados. Esta meditación es breve. A veces uno se puede imaginar la I escena evangélica, se observa lo que hacen los personajes. ¿Qué nos dice este texto, qué repercusión tiene en nuestra pareja? Luego viene la oración. La Palabra de Dios es la lámpara que ilumina nuestros pasos en el camino. Ella actúa en nosotros así como humedece y fecunda la tierra. Ella no se aleja sin resultado, sin haber hecho lo que el Señor quiere, sin haber cumplido su misión.

La liturgia de la espiritualidad conyugal, es la oración de la Palabra en pareja, esto significa que también estamos en comunión con todas las parejas que la escuchan, la leen y la meditan. Ella es para nosotros buena nueva, promesa de vida, alegría del corazón, amor eterno. Ese amor apasionado revelado en la Biblia y sostenido por la oración se vuelve más fuerte que la muerte, como lo recuerda la oración de Tobías y Sara (Tb 8,5-7).

Espiritualidad Conyugal, orar la palabra en familia.- Si la Biblia ocupa un lugar central en la Iglesia, también debe tener un puesto importante en nuestras casas. Ella puede ser colocada en el rincón de la oración, sobre una mesita de la sala o sobre un atril, cerca de un cirio o de un florero. Cuando oramos en familia, nos reunimos alrededor de este libro de vida. Podemos comenzar con una oración como ésta: “Padre, nos reunimos alrededor de tu Palabra. Que ella sea luz en nuestro camino y fuerza en nuestras vidas. Bendito seas por este libro que nos cuenta la historia de tu amor a la humanidad. Enséñanos a descubrir en él a tu Hijo, el Verbo hecho carne, tu Palabra de vida. Él dijo que cuando dos o tres estén reunidos en su nombre, Él está ahí en medio de ellos. Envía tu Espíritu para que tu Palabra sea bien recibida en nosotros y produzca frutos en abundancia, en el seguimiento de Cristo”.

Para comenzar una espiritualidad conyugal y familiar, abrimos la Biblia y alguien lee un pasaje corto en voz alta y lentamente. Podemos escoger el texto que la Iglesia toma para la Eucaristía del día, que se encuentra en pequeñas publicaciones mensuales o semanales. Al final de la lectura, guardamos silencio durante unos minutos, luego invitamos a cada uno para que comparta con nosotros lo que haya comprendido. Cada uno puede decir sencillamente lo que más le haya llamado la atención del texto. No es una discusión, sino un compartir. Todos se expresan libremente, sin ser juzgados por nadie.

Podemos terminar con una breve oración espontánea, o con un Salmo o una plegaria como el Padrenuestro. Cada familia ha de decidir la frecuencia de una lectura orante de la Palabra: cada día, cada domingo, con motivo de acontecimientos especiales. Al respecto, podemos solicitarle a un miembro de la familia que busque un pasaje que dé luz espiritual al acontecimiento: la espera de un bebé al lado de la cuna, los cumpleaños, la primera comunión, el anuncio de una buena noticia, las vacaciones, un viaje, el regreso al colegio, en el momento de una prueba, durante la enfermedad, con motivo de un fallecimiento… La Biblia contiene a menudo un glosario en el que los textos están clasificados por temas. Esto permite escoger el texto en función de la vida familiar mientras se varía el contenido de la oración.

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