06:44
La niña de los fósforos. evamx March 03, 2009 Hermoso y triste cortometraje realizado por Disney, inspirándose en el cuento navideño de Hans Christian Andersen.Más
La niña de los fósforos.
evamx March 03, 2009 Hermoso y triste cortometraje realizado por Disney, inspirándose en el cuento navideño de Hans Christian Andersen.
Irapuato compartió esto
1109
La niña de los fósforos
Irapuato
liz hurtado
parangutirimicuaro compartió esto
1136
La niña de los fósforos
parangutirimicuaro
joao luis GRACIAS e igulamente
pascuale
👏 👏 👏 👏 👏 👏 PRECIOSO ESTE VIDEO
48josefina
Es precioso este vídeo. Siempre que lo veo recuerdo mis Navidades explicándoles a los niños de mi Aula esta bella historia de Andersen.
Gracias por poderla recordar de nuevo.
Felicitaciones. 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏
Klaus
Ein Märchen das ich durch Heinz Rühmann kennenlernte und das ich sehr schön finde ...
Latina
ein wunderschönes,trauriges märchen 👏
Irapuato
Das kleine Mädchen mit den Schwefelhölzern (dänisch: Den lille Pige med Svovlstikkerne) zählt zu den bekanntesten Märchen von Hans Christian Andersen. Er hat es im Jahre 1845 während eines neuntägigen Aufenthalts auf dem Schloss Gravenstein an der Flensburger Förde geschrieben. Es ist die tragische Geschichte eines kleinen Mädchens, das frierend auf der Straße Schwefelhölzchen verkauft und dabei …Más
Das kleine Mädchen mit den Schwefelhölzern (dänisch: Den lille Pige med Svovlstikkerne) zählt zu den bekanntesten Märchen von Hans Christian Andersen. Er hat es im Jahre 1845 während eines neuntägigen Aufenthalts auf dem Schloss Gravenstein an der Flensburger Förde geschrieben. Es ist die tragische Geschichte eines kleinen Mädchens, das frierend auf der Straße Schwefelhölzchen verkauft und dabei in den Tod gleitet.
Handlung [Bearbeiten]
Ein kleines Mädchen sitzt am Silvesterabend auf der Straße, um seine Schwefelhölzchen zu verkaufen. Es ist dürftig gekleidet und friert; die mit ihren Feiertagsbesorgungen beschäftigten Bürger übersehen das Kind und seine Bettelwaren. Ohne etwas verdient zu haben, wagt sich das Mädchen jedoch nicht nach Hause und harrt frierend zwischen zwei Stadthäusern aus.
Verzweifelt vor Kälte zündet das Mädchen eines der Streichhölzchen an, obwohl ihr dies streng verboten ist. Im Lichtschein des Hölzchens fühlt sie sich, als würde sie an einem warmen Ofen sitzen, doch dies hält nur an, bis das Streichholz verlischt. Nach und nach zündet das Mädchen auch die weiteren Streichhölzer an und gleitet so in immer reichhaltigere Träume. Schließlich begegnet es seiner Großmutter und bittet diese, es in den Himmel mitzunehmen. Die Großmutter nimmt das Mädchen zu sich. In der Erzählung wird deutlich, dass das anfänglich in dieser Welt lebende und leidende Mädchen nicht wunderbar verwandelt wurde: die märchenhafte Auflösung besteht lediglich aus einem sanften Erfrierungstod.
Verfilmungen [Bearbeiten]
Unter dem Titel “Das Mädchen mit den Wunderhölzern” wurde das Märchen mehrfach verfilmt, so u. a. als Kurzfilm von Jean Renoir Das kleine Mädchen mit den Schwefelhölzern (1928) und Das Mädchen mit den Wunderhölzern (1987) mit Keshia Knight Pulliam. The Little Match Seller (1902, 3,5 Minuten) von James Williamson gilt als erste Verfilmung einer Erzählung von H. C. Andersen überhaupt,[1] der Kurztrickfilm The Little Match Girl wurde 1938 für einen Oscar nominiert.
Vertonungen [Bearbeiten]
Eine Oper unter dem Titel Das Mädchen mit den Schwefelhölzern verfasste 1897 August Enna im Stil des Musikdramas Richard Wagners. 100 Jahre später, im Jahr 1997, wurde Helmut Lachenmanns Musiktheater gleichen Namens in der Hamburgischen Staatsoper uraufgeführt.
Ende 2009 wurde im Theater Eisenhand Linz (Oberösterreich) unter dem Titel Matchgirl Opera eine modernisierte Neufassung des Märchens von Karl M. Sibelius uraufgeführt, in der unter anderem Musik von The Tiger Lillies verwendet wurde.
Bearbeitungen [Bearbeiten]
Das Motiv des hungernden Kindes, für das im Konsumfieber der Wohlhabenden nicht einmal Pfennigbeträge erübrigt werden, griff Tomi Ungerer in seinem 1974 im Diogenes Verlag, Zürich, erschienenen Bilderbuch "Allumette" (frz.: allumette = Streichholz) auf. Ungerers Titelfigur jedoch wird vor dem Erfrieren durch ein Füllhorn gerettet, das Allumette mit Essen und Waren überschüttet. 2005 erschien im Verlag Michael Neugebauer Edition eine anspruchsvolle Bearbeitung des Märchens von der tschechischen Buch-Künstlerin Kvflta Pacovská. Die "Edition Helles Zimmer" im Seh-Sam Verlag veröffentlicht 2009 eine Ausgabe mit Bildern der Künstlerin Henrike Robert.
Siehe auch [Bearbeiten]
Liste der Märchen
Hans Christian Andersen
de.wikipedia.org/wiki/Das_kleine_Mädc…
Irapuato
Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.
Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse …Más
Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.
Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.
La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña.
Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido tapadas con paja y trapos viejos. Sus manecitas estaban casi yertas de frío. ¡Ah! ¡Cuánto placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich! ¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano. ¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo tan hermoso! ¡Calentaba tan bien!
Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla. Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.
Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico nacimiento: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.
-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".
La niña frotó otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.
-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuándo se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!
Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.
Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser sentado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.
-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.
Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.
FIN
www.navidad.bz/cuento_la_nina_…